Cohabitación, calidad marital y resistencia para razonar

Traducido de Cohabitation, marital quality and resistance to reason

Algo de antecedentes
La gente progresiva en la segunda mitad del siglo veinte pensó que la cohabitación mejoraría las perspectivas para el matrimonio, y con el tiempo los segmentos significativos del público han llegado a estar de acuerdo (p.ej, en 1984, el 77 % de canadienses aceptaba la cohabitación para aquellas parejas que "quieren asegurarse que durará su futuro matrimonio"). La práctica hace la perfección, después de todo, y a través de la cohabitación una pareja podría encontrar que ellos no "encajan bien", entonces tal cohabitación, ellos pensaban, sería una cosa buena para la calidad y duración matrimonial. (Por supuesto estos argumentos tienen críticas: practicar la cohabitación no es la misma cosa que practicar en el matrimonio, y la proximidad cercana podría cegar a uno que alguien encaja bien en la relación).
Luego en 1988, Booth y Johnson publicaron un estudio que mostró una fuerte correlación entre cohabitación premarital y divorcio - sobre el curso de tres años de su estudio el 5 % de aquellos que no habían cohabitado se divorciaron mientras el 9 % de aquellos que habían cohabitado se divorciaron. Además, mientras se controlaba para factores demográficos qie disminuían la disparidad, esto no quitó la disparidad. Desde entonces, una corriente de publicaciones sociológicas confirmó la correlación entre cohabitación y divorcio subsecuente, así como entre cohabitación y estilo de interacción matrimonial más pobre (no sea que uno piense que todo esto es un artefacto del hecho que la duración es una medida pobre de la calidad matrimonial).
No hay ninguna controversia de que la correlación es un hecho. Pero la correlación no muestra causación. Aunque haya algunos estudios que sugieren causación (p.ej, por lo visto la fuerza de la creencia en la permanencia de disminuciones de matrimonio con la duración de la cohabitación), y aunque se hayan propuesto varios mecanismos (p.ej, el mecanismo de ir a la deriva en un matrimonio con la gente con que uno no se habría casado tenía un no cohabitado con ellos), no estamos en una posición para decir que aquella cohabitación causa interacción matrimonial más pobre o divorcio.
Sin embargo, estamos en una posición para ver que no hay ninguna razón para creer que la vista de aquella cohabitación en general mejora perspectivas matrimoniales. Esto no es lo único que muestran los datos.
Mis estudiantes
En mi clase de Filosofía de Amor y Sexo en Georgetown, yo haría que mis estudiantes lean algunos estudios sociológicos sobre la correlación entre cohabitación y problemas maritales. Ahora, aquí hay algo interesante. Incluso después de que hemos leído y hemos hablado de toda aquella investigación, yo todavía oiría a un estudiante decir que ellos no podían casarse con alguien con quien no habrían vivido, porque sería demasiado arriesgado.
Ahora, yo podría entender no estar convencido por el caso por el que la cohabitación causa estos problemas (yo mismo no estoy completamente convencido). Pero es bastante decepcionante que uno siguiera pensando que aquella cohabitación ayuda con el matrimonio después de haber visto los datos.
Pienso que una cosa que esto muestra es sólo como las creencias sociales resistentes profundamente arraigadas, especialmente las apoyadas por argumentos que parecen plausibles (los argumentos de prueba para adecuado y práctica), están completamente hasta en la mente de la gente inteligente (mis estudiantes eran generalmente muy hábiles). Ninguna sorpresa allí.
Otro mecanismo potencial podría ser un descarte de la idea que los datos estadísticos en modelos behaviorísticos tienen relevancia en las propias decisiones de alguien. Después de todo, tenemos libre albedrío, así que podríamos pensar que el hecho que las estadísticas muestran o no muestran algo acerca de los modelos del comportamiento es irrelevante-, podemos decidir, con nuestro propio libre albedrío, ser excepciones a la estadística. Ahora, creo en el libre albedrío incompatibilista, pero también acepto el hecho indudable que nuestro comportamiento es influido por todas las clases de factores, algunos de ellos susceptibles al estudio estadístico – simplemente, el argumento de libre albedrío no está muy bien aquí. Además, el argumento de libre albedrío reduciría igualmente la fuerza de la idea de cohabitar por el mejoramiento del futuro éxito matrimonial - por si nuestro comportamiento es del todo realmente superior a nosotros, sin influencia externa, entonces si la pareja cohabita o no, el éxito matrimonial está en las manos de la pareja.

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