Hoy ha sido un día muy especial para la parroquia “Inmaculada Concepción” del Callao: se ha bendecido la nueva imagen de la Inmaculada, colocada en la torre.
A las 6:00 pm se dio inicio a la misa por la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Presidió el obispo del Callao, monseñor Miguel Irízar Campos, CP, y concelebraron el ministro general de la Orden Franciscana, fr. José Rodriguez Carballo, ofm, juntamente con numerosos clérigos franciscanos (entre ellos el padre provincial, fr. Mauro Vallejo, ofm) y diocesanos (entre ellos, el vicario de la diócesis, monseñor Juan de Dios Rojas, pbro., y el párroco Ángel Romano, pbro.). También asistió el alcalde del Callao. El templo estaba lleno, además también por ser día 4, en que muchos fieles de san Benito de Palermo asisten a la misa.
En la homilía, el obispo recordó su ordenación sacerdotal en el santuario franciscano de Nuestra Señora de Aránzazu (Guipúzcoa, País Vasco, España) y agradeció la labor evangelizadora hecha por los franciscanos en el Perú y en especial en el Callao, recordando la construcción del templo faro y la labor de los padres Pablo Bernabé y Álvaro Díaz. Seguidamente dio la licencia para que el ministro general prosiga con la homilía, quien explicó cómo la escuela franciscana defendió la tesis de la Inmaculada Concepción de María.
Al concluir la misa, se continuó con la sesión solemne, iniciada con el himno nacional. Tomaron la palabra el ministro provincial, Mauro Vallejo, ofm y el párroco, David Tello, ofm. El padre Ángel Romano proclamó una décima en honor de la nueva imagen.
Seguidamente, se procedió a la bendición de la imagen de 7 metros. El padre Mauro bendijo la imagen, mientras que el obispo, el ministro general y el párroco dirigían la oración desde el atrio.
Hubo fuegos artificiales tras la bendición y se pasó un brindis y bocaditos en el parque del templo.
Fue, sin duda, un acontecimiento importante para la comunidad franciscana y la diócesis. Un momento de nostalgia, de alegría por la comunión de hermanos, de reencuentro. Ahora ya es en verdad un Templo Faro, que guiará a quienes desde el mar vean la imagen de la Inmaculada y se encomienden a ella para llegar a buen puerto.
Que la Virgen Inmaculada cuide nuestra parroquia y el puerto juntamente con su hijo el Señor del Mar, y nos concedan la perfecta alegría en este tiempo de adviento.
En alabanza de Cristo y de su pobrecillo Francisco. Amén
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