Escrito por Bill Vallicella en For the New Year
Uno de los elementos en mi liturgia personal es una lectura del siguiente pasaje cada 1 de enero. Debo haber iniciado la práctica a mediados de los años 70.
Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, libro cuarto, #276:
Para el año nuevo: Vivo aún, pienso aún, así que debo vivir aún, pues he de pensar aún. Sum, ergo cogito; cogito, ergo sum. Hoy se les permite a todos expresar sus deseos, sus más queridos deseos. Pues bien, diré yo también lo que hoy desearía de mí mismo, y qué pensamiento ha sido el primero que ha atravesado mi corazón este año, ¡qué pensamiento debe aportarme la razón, la garantía y la dulzura de toda vida futura! Quiero aprender a considerar cada vez más la necesidad en las cosas como lo bello en sí; así seré uno de los que embellecen la cosas. Amor fati (amor al destino) ¡Que sea éste mi amor en adelante! No le haré la guerra a la fealdad; no acusaré a nadie, no acusaré ni siquiera a los acusadores. ¡Que mi única negación sea apartar la mirada! Y, sobre todo, ¡quiero no ser ya otra cosa y en todo momento que pura afirmación!
A Nietzsche le fue muy difícil dejar de mirar ser su sola negación. Y a mí también.
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